Los Pinguinos Puteadores


Edu (Eduardo Acevedo) se dedica a la Dirección Técnica en su país, Uruguay, y no presume de ser el típico DT Uruguayo ya que llega diciendo “la paramos y tocamos...”  desopilante no?.

Vivía tranquilo en un lujoso apartamento de Montevideo y sin conocer el mercado argentino se lanzó a la aventura ya que pese a la tranquilidad que gozaba en la banda oriental, decidió cruzar el charco pues parece que no lo tienen muy en cuenta por allá, sobretodo los fines de semana.

Su vida es monótona y solitaria a tal grado que al terminar el fin de semana exclama: ¡Otro domingo sin dirigir! El deseo más grande de Edu es conquistar las canchas argentinas. Pasó el tiempo viajando a lugares exóticos, como la cancha de los Gavilanes de Nuevo Laredo, los Tecos de Guadalajara, pero ahora el destino lo pone frente a una situación muy peculiar, de Gavilanes y Tecos a unos Pingüinos muy especiales que provocarán un caos en su apacible siesta uruguaya pero que al mismo tiempo lo motivarán para conquistar al gran público allende el Río de la Plata.

En los “arreglos” Carlos Portell y basada en una idea del genial Paco Casal, esta comedia ligera mantiene el tono amable y deja un claro mensaje en el sentido de poner orden en las prioridades de la vida. Parecía que Edu estaba feliz y contento de poder atender a estas simpáticas mascotas, pero se da cuenta inmediatamente que no es fácil manejar a los pingüinos, ya que notó desde el primer momento que estos graciosos animalitos se transforman en unos temibles pingüinos puteadores difíciles de contener, poniendo en peligro su trabajo y su salud.. Las escenas son divertidas, aunque incluye algunas escenas relacionadas con las heces de estas aves, pues como sabemos los pingüinos se cagan siempre. (Cinesíntesis)

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